Beneficios físicos, mentales y espirituales derivados
de la práctica del Karate Budo
Está demostrado que practicar ejercicio de forma regular contribuye a mantener una buena salud y a prevenir enfermedades.
Físico
Realizar de forma regular y sistemática una actividad física ha demostrado ser una
práctica muy beneficiosa en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, a la vez que ayuda al carácter, la disciplina y a la toma de decisiones en la vida cotidiana.
El ejercicio físico, ya sea de corta o larga duración, contribuye a establecer un bienestar mental, mejorando la autonomía de la persona, la memoria, rapidez de ideas, etcétera, y promoviendo sensaciones como el optimismo o la euforia, al tiempo que se mejora la autoestima de las personas, lo que produce beneficios en diferentes enfermedades como la osteoporosis, la hipertensión o las crisis diabéticas. Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física (por ejemplo, tras un período largo de inactividad), deben realizarse de manera progresiva. Cada deportista debe analizar las demandas de su deporte de elección antes de decidir su plan de entrenamiento.
La intensidad y la carga deben ser determinadas de forma individual, ya que dependen del nivel técnico y de la condición física de cada persona.
Biológicos
Mejora la forma y resistencia física.
Regula las cifras de presión arterial.
Incrementa o mantiene la densidad ósea.
Mejora la resistencia a la insulina.
Ayuda a mantener el peso corporal.
Aumenta el tono y la fuerza muscular.
Mejora la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones.
Reduce la sensación de fatiga.
Psicológicos
Aumenta la autoestima.
Mejora la auto-imagen.
Reduce el aislamiento social.
Rebaja la tensión y el estrés.
Reduce el nivel de depresión.
Ayuda a relajarte.
Aumenta el estado de alerta.
Disminuye el número de accidentes laborales.
Menor grado de agresividad, ira, angustia
Incrementa el bienestar general.
Karate Budo,
un beneficio mental y físico
No se debe ver la práctica física del karate por separado del espíritu y mente. El fin primordial del Karate es unir Mente, Cuerpo y Espíritu a la hora de realizar cualquier técnica
o actividad en nuestra vida diaria.
Todo debe pasar y salir de mi centro energético, el cual debe estar siempre balanceado. De este balance obtenemos primordialmente Salud. Para la medicina tradicional China (con más de 5000 años de existencia) la enfermedad es la manifestación física del desbalance
Espiritual. De ahí la importancia del avance en suroashi (juntar los pies al centro del avance, o media luna), cuando trabajamos el Kihon, lo cual me permite entrar a mi centro energético y responder desde ahí.
a) En lo físico: Como todos los deportes, el karate contribuye al buen estado físico del organismo. Este buen estado físico puede sintetizarse en un óptimo funcionamiento de todos aquellos órganos regidos por el sistema nervioso autónomo.
La práctica del karate, exige una sesión de calentamiento preliminar que permite el posterior uso de todos los músculos del cuerpo, logrando así que el individuo alcance durante la práctica un estado tal que le permita llevar a cabo movimientos que no podrá realizar en otras condiciones.
A medida que continúan las sesiones de entrenamiento, el cuerpo responde con más agilidad, soltura y velocidad. Todo este conjunto de actividades físicas, se practica diaria y disciplinadamente, permitirán que poco a poco el Karateca se sienta más despierto, atento y lleno de vigor.
A medida que el maestro da las órdenes en japonés, el alumno responde con mayor rapidez y precisión. Sus brazos y piernas se moverán con una velocidad y fortaleza, a punto de que el mismo quedara sorprendido. Este desarrollo físico trae consigo una actitud diferente en muchas actividades cotidianas. Es en ese momento cuando cobra sentido la frase: mente sana, en cuerpo sano.
El desarrollo físico sin uso de aparatos mecánicos, sino recurriendo solamente a los potenciales innatos de cada individuo. Aún más las relaciones del Karateca con las demás personas podrán verse muy mejoradas, pues cuando el practicante empieza a desarrollar actividades de Kumite (kihon, yakusoku, bunkai kumite) aprenderá a controlar sus nervios y especialmente su propia agresividad. Paradójicamente, el Karate hace que sus practicantes desarrollen un profundo respeto hacia las demás personas. La precisión, la concentración y el autocontrol se convierten en el más valioso patrimonio del Karateca. Ahora que se siente ágil, despierto y rápido, estará en condiciones de evaluar con más acierto todas las situaciones simples y complejas con las que se debe enfrentar. La confianza en sí mismo se logra alcanzar en base a los propios progresos y la práctica sistemática del Karate.
b) En lo mental: Dado que el Karate no es un deporte solamente, sino que es un Arte con profundas raíces en las enseñanzas Zen, su práctica continua, espontánea y
vigorosa hace que la mente del Karateca siempre este lucida, tranquila y mucha más receptiva porque su fortaleza se aumenta con la concentración, aleja los
problemas diarios que crean ansiedad y angustia, logrando positiva higiene mental.
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c) En lo anímico: La práctica del Karate constituye una terapia singular que transmite optimismo, seguridad y paz interior. Todo ello redunda en que se tomó el camino
apropiado, la senda recta que ha de mantener la disciplina a través de la vida, alejando a los practicantes del consumo de alucinógenos, drogas y demás peligros que día a día tienden a deteriorar la integridad moral, física y espiritual de nuestra juventud y de nuestra sociedad en general.